domingo, 8 de febrero de 2015

En la luz de la alborada



Sé que en un tierno despertar a  la luz de la alborada,
has sentido el beso del rocío
y el susurro del oleaje marino,
que te invita a entregarte  
al encanto de mis vuelcos pasionales,
como una pira que arde entre la inmensidad.
Poeta, ¿ no exhalas en el aire un exánime efluvio
que inquieta y que atormenta?
Aún a  la distancia me envuelves,  
me fascinas, me enloqueces,  
me atraes como imán,  
y  en medio del crepúsculo y vestida de luna,
cuando te pienso, mientras cierro mis ojos,
mi templo se deslumbra y entre castos temblores
se prende una fogata
como si fuera un velo que cubre mi cintura
y mis sensibles manos se deshojan como rosas longevas  
por  atrapar  tu cuerpo
mientras que el iris de mis ojos húmedos,
pinta la noche tibia
de una  fulguración  obscura,
y voy sintiendo una extraña frescura
porque tus dedos firmes a la distancia enredan mis cabellos.
Y tu boca enardecida  cubre de besos toda mi piel de seda.
Hoy esta loba hambrienta,
bajo el crepúsculo  que  nos baña y, ebria de gozo  
te  recibe como lo hace el surco a su siembra

Fusionado de fragmentos del poeta FC y AKantha


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