jueves, 30 de julio de 2015

Una balsa




Dices que quizá debas decirme
que abordaras una balsa,
que surcaras aguas turbulentas o quizá mansas
donde tu  fijación debe estar alerta
para no caer en remolinos que te  hagan naufragar,
 y al final de tu  travesía,
quizá llegues a un puerto desconocido
y no sabes  qué entes encontraras.
Y que lo demás quedará en el pasado
sin espacio al recuerdo a lo que no hayas conocido.
A  veces la luna nos muestra lo que hay en su lado más obscuro
y nosotros sin saber definir, lo que hay ahí, tenemos miedo y sentimos
una sensación extraña que nos aprieta el alma
y nuestro corazón grita silencioso desangrándose en pedazos
y no hay calidez en el abrazo, 
queda en segundo plano el beso,  la entrega
y no nos damos cuenta que quizá  somos afortunados
porque a donde nos lleva la balsa no todo el mundo va ,
y no vas solo va también el amor filial, la compañera de vida,
los amores,  los amigos, que a pesar de estar lejos 
jamás te abandonarán
aún en las sombras haré que mis senos 
se amolden a tus manos ávidas
y  así yo sentiré  que estas bien.
Quizá es una prueba que  la vida nos da porque sabe
que tienes la fortaleza suficiente de conocer por un momento ese mundo
porque tienes una forma muy particular de ver y sentir la vida
por ser un ser único y muy especial,
por eso nunca naufragaras, ten la seguridad
de que luego cruzarás ese límite  y habrán risas abrazos,
habrá felicidad y volverá a brillar la luz en esa balsa de fuego.  
Y  bajo  la luz doliente del nido erótico de la luna, 
mi ávido sexo esperará por siempre el retorno de tu mano.


Akantha

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