En tu ausencia
cubierto de nostalgia
de rodillas vi llorar el
deseo
sobre mi carne,
mientras las manos
del silencio y la
soledad
por los cuatro costados
me abrazaban
y yo intentando refugiarme
entre la nada
sintiéndome como una
náufraga
a una balsa de fuego amarrada.
Tu Akantha.
Tu Akantha.
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