En esta
soledad baldía
desde donde
he podido con testigos
como el
mar, el sol la luna y el viento
tocarte
sin tocarte
desnudando
tu cuerpo con mis labios
y amarte
de mil formas
por tu
cuerpo codiciadas.
Y por ser el editor a la distancia
del
sacrosanto vértigo
sentido
aquí en mí templo
he
decretado sea él,
el
refugio de todos tus gemidos
y ahora
solo deseo
yacer,
gozar y morir contigo
pluma
de fuego, escritor incólume
Yo quiero
aquí por siempre
tu pecho
a mi columna
anclado
en el vacío
donde hasta
el aliento se sopesa
y la muerte se complace.
F.C. He visto el agua nacer de ti amor....
Tu Akantha
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